19/01/2024

El extranjero (04/09/2012)

 

Sabía que aquel no era su sitio.

No sabía por qué estaba allí, no recordaba que él hubiera decidido ausentarse de sus tierras, conocidas, cálidas y seguras, y adentrarse en un mundo desconocido en el que se sentía extranjero.

Pues eso era, un extranjero.

Aquel no era su lugar, pero ¿cuál era?

Nadie le había preguntado. Nadie le había dado las instrucciones a seguir… y allí estaba. (En pie). Miraba los posibles horizontes, la encrucijada de caminos. Fuera donde fuera  seguía siendo un extranjero. Nada sería como antes. Nunca más habría un lugar que pudiera llamar suyo como hasta ahora. Nunca más estaría protegido por la seguridad de su roja y húmeda tierra.

Nunca se sentiría como en casa, esto era imposible.

Y allí se encontraba, decidiendo cómo empezar a respirar, o al menos intentándolo. Tomaba aire con fuerza e intentaba llevarlo a sus pulmones. Algo se lo impedía. Como un nudo en la garganta. Quería llorar y no podía. Sentía como todos le miraban de una forma extraña, expectante, como si esperaran algo de él.

Sin darle tiempo a reaccionar  uno de aquellos que le observaban se acercó y tendió la mano dándole una sonora cachetada.

Lloró.

No sabía muy bien si de rabia por no haberlo esperado, o como preludio de lo que sería la vida, su vida. Una vida que acababa de comenzar y que le recibía, como a todos, con una cachetada y caras expectantes observándonos como si fuésemos extranjeros en tierras desconocidas.


 

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