19/01/2024

Cita con la muerte (breve homenaje a Agatha Christie, 13/1/2012)

 

«Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.»

M.J.M

Había cometido demasiados crímenes y le pesaba. A pesar de ello nunca había sido condenada. Había sido brazo ejecutor cientos de veces y, a pesar de ello, le habían perdonado.

Ahora, vieja y cansada, rememoraba cada veneno, cada puñal, cada arma de fuego, cada rostro cubierto por la sombra  de la muerte. Ahora, que se acercaba su propio final, pensaba en cómo había sido capaz de tales atrocidades. Entonces recordaba que una mano más fuerte la había dirigido y se estremecía.

Agotada descansaba en su rincón favorito de la habitación y miraba a aquella que la había convertido en una asesina. Ésta descansaba en su cama con la mirada perdida. Nadie diría que su cerebro había maquinado, en otros tiempos, algunos de los crímenes más conocidos y comentados por la prensa internacional. Hoy era sólo una anciana desvalida esperando a que las parcas cortaran el último hilo que la retenía a este lado del Aqueronte.

La primera sabía que cuando esto ocurriera no tardaría en irse tras ella. Sola no podría vivir, no resistiría no tener quien la guiara, no sabría estar en este mundo sin aquellas terribles manos que la habían hecho participe de todos sus crímenes.

El día que Agatha Christie murió, su máquina de escribir dejó de matar.

 

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