A J J Millás
El paraíso era un autobús de viajes breves.
Sus ojos brillantes, su sonrisa siempre a medias dibujaba ciudades desiertas y frondosos bosques. Su sonrisa, a medias siempre, pintaba rincones olvidados, calles iluminadas por un sol que sólo ella conocía. En un mundo que sólo a ella pertenecía.
La mirada perdida en el cristal arrastraba gotas de agua desde nubes infinitas, desde nubes que se perdían en el gris que coloreaba el día.
En cada parada, nuevos personajes, nuevas vidas que colorear en su sueño. Nuevos sueños que construir con sus rostros, con sus manos, con ellos.
En cada semáforo nuevos colores.
El paraíso era un autobús,
al que subían personas
y del que bajaban
mil historias siempre nuevas.
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